viernes, 21 de octubre de 2011

Documentos clásicos para naturalistas



para que los niños y niñas
escuchen palabras llenas
de sabiduría y respeto
 hacia la tierra


En el año 1854 el jefe indio Noah Sealth respondió de una forma muy especial a la propuesta del presidente Franklin Pierce para crear una reserva india y acabar con los enfrentamientos entre indios y blancos. Suponía el despojo de las tierras indias. En el año 1855 se firmó el tratado de Point Elliot, con el que se consumaba el despojo de las tierras a los nativos indios. Noah Sealth, con su respuesta al presidente, creó el primer manifiesto en defensa del medio ambiente y la naturaleza que ha perdurado en el tiempo. El jefe indio murió el 7 de junio de 1866 a la edad de 80 años. Su memoria ha quedado en el tiempo y sus palabras continúan vigentes.


CARTA DEL JEFE INDIO Noah Sealth, 1854
(una profecía que nunca escuchamos)

“¿Como se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Como podrán ustedes comprarlos? Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es sagrada a la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los arboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.



Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas, en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos esta pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos reservara un lugar en el que podemos vivir confortablemente entre nosotros. Él se convertirá en nuestro padre, y nosotros en sus hijos. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros.
El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino que también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada, y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también los suyos, y por lo tanto, deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra de sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres, como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorara la tierra dejando atrás solo un desierto. No se, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena la vista del piel roja. Pero quizás sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.




No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los arboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizá también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo, ¿Para que sirve la vida, si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento – la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas. Por ello consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: El hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una maquina humeante puede importar mas que el búfalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir.
¿Que seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual; Porque lo que le sucede a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.

Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra esta enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurriría a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos.

Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; el es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con el de amigo a amigo, queda exento del destino común




Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que El les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. El es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para El y si se daña se provocaría la ira del creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminaran hacia su destrucción, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por que se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia.”




Documentos clásicos para naturalistas

jueves, 20 de octubre de 2011

apadrine un animalito abandonado.



,



Apadrinamiento


Para nuestra entidad lo mas importante y que está incluido dentro de nuestros objetivos generales, es proporcionar a los animales albergados en nuestras instalaciones una vida digna, con mucho afecto, consideración y respeto porque conocemos bien las situaciones que han soportado además del hambre y las enfermedades que padecieron mientras estuvieron en la calle.
Tenemos muy claro que para algunos de ellos el albergue se convertirá en su hogar durante algún tiempo, un lugar de paso para prepararlos hacia la adopción mientras encuentran un hogar que los acoja. Para otros este será su hogar definitivo. Un lugar donde los que entran con algún problema puedan mejorar y recuperarse.
Por motivos diversos no todas las personas que quieren a los animales pueden tener uno de compañía en sus casas. Con el APADRINAMIENTO  les estamos ofreciendo una oportunidad de apoyar a un animal dentro de nuestra institución.
Este apoyo consiste en aportar una cuota mensual para el sostenimiento de uno  o mas de estos animales. La entidad le enviará informes y puede visitarlo cuando lo estime conveniente solicitando una cita para ser acompañados de un voluntario de la entidad, quien además de ser nuestro apoyo y ayuda permanente  es quien conoce muy bien el temperamento y el comportamiento de cada animal. El voluntario servirá de nexo con el padrino para ayudar a un mejor entendimiento entre el padrino y el animal escogido.






¿Dónde puedo esterilizar un animal de compañía?
La Sociedad Protectora de Animales inició el programa de esterilización masiva de caninos y felinos en el año de 1998. Hasta la fecha es la entidad que mayor cantidad de esterilizaciones ha realizado en el Departamento de Antioquia.
Igualmente la Fundación San Martín de Porres, con recursos provenientes de los derechos de autor del escritor Fernando Vallejo ha realizado campañas ambulatorias en muchos barrios de Medellín así como en veredas de municipios cercanos y en la ciudad de Cartagena en La Boquilla y en Manga.




SOCIEDAD PROTECTORA DE ANIMALES - MACEO: porque amamos los animales aprenderemos a cuidarlos

trabajar en red es la idea




trabajar en red es la idea



Debemos aprender a trabajar en red para cuidar los animales. Y una de las entidades que en la región nos puede brindar luce es http://www.sociedadprotectoradeanimales.org/  de la ciudad de Medellín. A ella pertenecen personas de todas las profesiones y oficios que se reunen en torno a una causa común: EL CUIDADO DE LOS ANIMALES. Y tienen tanto que enseñarnos y tenemos tanto que aprenderles.



Con este link http://www.ecbloguer.com/dametupata/?p=303 podemos seguir aprendiendo muchos trucos de cuidado a nuestros animales domésticos. Pero como maceitas tenemos un compromiso, pensar cómo aprender a vivir con los murcielagos. Me recuerda un amigo una frase de Doña Teresa de Calcuta. lasanta, que indicaba: "Por el respeto a los animales, conoceréis la civilización de los pueblos" 


Preguntándonos las razones y las motivaciones del maltrato animal, recuerdo una canción de Roberto Carlos que bien prodría ser un himno  de los naturalistas. Requerimos identidad en la idea del cuidado de los animales. Y para tomar conciencia debemos buscarle respuestas a las preguntas. Cuando el cantante dice que errores no corrigen otros, nos hace pensar en cómovamos a evitar que los animales de todas las especies no sufran o, al menos, por culpa de nuestra irracionalidad. Puede escuchar la canción referida:  


y después hablamos. Por favor escribanos, vuelva palabra escrita todo lo que siente desde el enojo hasta la protesta y aprendamos a defender a los animales.


SOCIEDAD PROTECTORA DE ANIMALES - MACEO: porque amamos los animales aprenderemos a cuidarlos

martes, 18 de octubre de 2011

poesías y gatos







Para amar a los animales sólo basta dejarlos
ser ellos
en su paz
y pasar a su lado como si nada.
Ellos harán otro tanto.


37. El gato
 Charles Baudelaire
Ven, bello gato, a mi amoroso pecho;
     Retén las uñas de tu pata,
Y deja que me hunda en tus ojos hermosos                            
     Mezcla de ágata y metal.

Mientras mis dedos peinan suavemente
     Tu cabeza y tu lomo elástico,
Mientras mi mano de placer se embriaga
     Al palpar tu cuerpo eléctrico,

A mi señora creo ver. Su mirada
     Como la tuya, amable bestia,
Profunda y fría, hiere cual dardo,
    
Y, de los pies a la cabeza,
     Un sutil aire, un peligroso aroma,
Bogan en torno a su tostado cuerpo.

Un gato / William Ospina
Lejos de sus hermanos que son oro y violencia
y saltan en las selvas sobre el ciervo alelado,
ante esta raza atónita que se angustia a su lado
está en su cuerpo hermoso toda la indiferencia.

Se entiende con la noche que devora y silencia,
no se qué le habrán dicho los astros que ha mirado,
yo soy el que interroga su rumbo y su pasado,
él es el que ha sido dueño ya que su ciencia.

El hombre que se aleja no es ya el hombre que vino
esa criatura nunca cambiará su destino...
No recuerda la tarde ni  presente la aurora.
Algo en mí envidia a veces su misteriosa suerte,
y asombrado agradezco no ser el que lo ignora.





QUISIERA SER GATO / JUAN JOSÉ BOTERO


i Dios dijera:
Ven acá, Juancho.
 Dime qué quieres...
¿Quieres acaso ser mucha cosa, o No ser algo?, ¿Quieres ser bueno?, ¿Quieres ser malo?, ¿Ser demonio o Ser santo?.
¿Quieres ser sabio, o ser un tonto de largo a largo?, ¿sin luz de genio?, ¿Sin un centavo?.
¿Quieres ser ave,águila o gallo, jilguero, mirla, torcaz o pato?.
¿Un lagartijo, un feo sapo, o algún cuadrúpedo..., como el caballo?.
¿Quieres ser perro?, ¿Quieres ser asno?. ¿Quieres ser tigre?, ¿Quieres ser gato?.
 
¡OH, Dios del cielo! Dios bueno y santo...
(le interrumpiera entusiasmado):
Si acaso quieres servirme en algo; si de este pobre te has acordado; yo quiero hablarte claro muy claro. Ser, lo que he sido no es de mi agrado.
EI hombre pasa tantos trabajos  en este valle de duelo y llanto.
 Si uno es pequeño,  lo andan pisando; y es un estorbo si acaso es alto; ser uno pobre, malo muy malo si es uno rico, todo es cuidado.
Si feo ellas no le hacen caso. Y si bonito, de uno es esclavo. Si con las hembras  nos deslindamos, ¡Que desazones las que pasamos!, mas si , sucede todo al contrario y uno con ellas se enreda...  ! Diablos!
  En fin los hombres sufrimos tanto que en esta vida todo es trabajo...
¡Dios poderoso!
¡Dios bueno y santo!
Yo le dijera con mucho acato:
Si... acaso piensas servirme en algo, si aliviar quieres  al pobre Juancho dándole un día  algún descanso,  no me hagas necio, pobre ni rico,  bueno ni malo, bonito o feo, corto ni largo, fiero demonio ni humilde santo.
 Sí, no me vuelvas águila o gallo,jilguero, mirla, torcaz o pato.  ni lagartijo ni feo sapo,  ni tan cuadrúpedo como el caballo.
 ¿Sabes, Dios mío, por lo que clamo?, oye y perdona mi desacato. Sin que lo tomes a gran pecado sin yo sentirlo...
sin saber cuando,  así... de pronto,  
¡VUELVEME GATO!.
Gato quiero ser; pero no gato de dos patitas  y de dos manos. Gato de pelo de uñas y rabo,  de cuatro patas y que haga ¡MIAU!.
 Quiero ser libre, no ser esclavo:  vivir durmiendo en los tejados,  andando solo, siempre robando. Sin afanarme por el mercado, ni por chaquetas,  ni por calzado, ni por muchachas ni por Cristico ni por el Diablo; entrando a solas a las cocinas,  donde hay guisados, y en los festines y en los saraos,  comiendo todo lo de mi agrado... De día durmiendo,  de noche andando  y por los zarzos, y en las despensas,  que es un encanto... Buenos chorizos, quesos curados, jamones, lenguas, siempre tragando.
Luego de jira, salir al campo: y si deseo me da de pájaros, comerme uno dos, tres o cuatro volviendo alegre a mis tejados, donde el sol quiebra sus tibios rayos; y allí, al sonido de un dulce piano, echando al cuello mi fino rabo, sin la zozobra que afloja el animo, irme tendiendo de largo alargo, tan perezoso tan descuidado de las miserias de un mundo vano.
¿Habrá quién goce como los gatos?
¿Habrá quien viva  tan descansado?
¿Y habrá quien coma tan sin trabajo?
¿Y habrá quien duerma  tan sin cuidado?
Si esta no es vida... mejor no hallo.
¡OH, Dios del cielo!  Dios bueno y santo:
Si acaso piensas  servirme en algo,  si aliviar quieres a este tu Juancho, ahora mismo:
¡VUELVEME GATO!. 
Juan José Botero


 


SOCIEDAD PROTECTORA DE ANIMALES - MACEO: porque amamos los animales aprenderemos a cuidarlos

lunes, 17 de octubre de 2011

CUIDADOS BÁSICOS PARA TU ANIMAL DE COMPAÑÍA

CUIDADOS BÁSICOS PARA TU ANIMAL DE COMPAÑÍA

Guatemala Febrero de 2009
Cariño y Respeto:


Los animales de compañía no son objetos desechables, sino seres vivos que también sienten y sufren.  Un perro o gato puede vivir hasta 15 años, antes de adquirir uno piensa bien si lo cuidarás todo ese tiempo. 

Alimentación:
Con una alimentación diaria sana y balanceada (croquetas) cuidas su salud, su digestión mejora y sus heces fecales son más fáciles de recoger, recuerda que siempre debe tener agua fresca a su alcance. Para que no le falte o sobre, consulta con un veterinario la cantidad que debe comer según su tamaño y edad.

Protección:
Protégelo de todo lo que le pueda hacer daño: frío, sol, lluvia, el maltrato de los vecinos y la calle. Si se encuentran solos en la calle éstos son recogidos por el Centro Antirrábico para ser sacrificados. 

Identificación:
Si por descuido involuntario se llega a salir tu perro o gato, piensa la importancia que tiene el collar y placa con tu dirección y teléfono. Una simple placa le puede salvar la vida. Consíguelas en tu clínica veterinaria  y, ¡mantenlo identificado siempre!

Limpieza:
Para convivir sanamente con ellos tienes que  mantenerlos limpios, libres de pulgas y garrapatas. Baña a tu perro cada 15 días con shampoo especial para ellos.  Los gatos se asean ellos mismos al acicalarse (lamerse), pero los ayudas mucho si los cepillas regularmente para quitarles el polvo y pelo suelto.

Salud:
Llévalo al veterinario  en el momento que se sienta mal o no actúe normal.  Es necesario tener en orden su calendario de vacunación y desparasitación para prevenir enfermedades que pueden llegar a ser mortales y algunas contagiosas  para ti (rabia, parásitos en el estómago, etc.).


Esterilización:
 En tus manos está el destino de miles de animales que nacen sin hogar y que morirán abandonados y sufriendo en las calles.  Evita que tus animales tengan cachorros, acude al veterinario para que les  realice la esterilización (operación quirúrgica que evita que se reproduzcan).


Ejercicio:
Los perros son animales de mucha energía y necesitan hacer ejercicio diariamente. Destruyen cosas,  hacen pozos y ladran todo el tiempo porque están aburridos y tienen mucha energía que no usan. Sácalo a pasear dos veces al día con collar y correa.

Entrenamiento:
Ellos no nacen sabiendo, edúcalos con amor, constancia y paciencia porque con gritos y golpes no aprenden. Ellos no razonan pero sí asocian, por lo que hay que premiar las buenas acciones para que las repitan. Regálales juguetes adecuados que los mantengan ocupados cuando estén solos. 


¡Una persona responsable no abandona a sus animales de compañía!
Artículo tomado de:



los animales y la poesía - noviembre de sol y lluvia




Mosquitos / josé emilio pachecoNacen en las pantanos del insomnio.
Son negrura viscosa que aletea.
Vampiritos inermes,
sublibélulas,
caballitos de pica
del demonio.


a los perros / josé emilio pacheco


Sin embargo los perros miran y escuchan

lo que no vemos ni escuchamos.
A falta de lenguaje 
(o eso creemos)
poseen un don que ciertamente nos falta.
Y sin duda piensan y saben.









PAJAROS  de Pablo Neruda


Poeta provinciano,
pajarero,
vengo y voy por el mundo,
desarmado,
sin otrosí, silbando,                                                                                  
sometido
al sol y su certeza,
a la lluvia, a su idioma de violín,
a la sílaba fría de la ráfaga.

Sí sí sí sí sí sí,
soy un desesperado pajarero,
no puedo corregirme
y aunque no me conviden
los pájaros a la enramada,
al cielo
o al océano,
a su conversación, a su banquete,
yo me invito a mí mismo
y los acecho
sin prejuicio ninguno:
jilgueros amarillos,
tordos negros,
oscuros cormoranes pescadores
o metálicos mirlos,
ruiseñores,
vibrantes colibríes,
codornices,
águilas inherentes
a los montes de Chile,
loicas de pecho puro
y sanguinario,
cóndores iracundos
y zorzales,
peucos inmóviles, colgados del cielo,
diucas que me educaron con su trino,
pájaros de la miel y del forraje,
del terciopelo azul o la blancura,
pájaros por la espuma coronados
o simplemente vestidos de arena,
pájaros pensativos que interrogan
la tierra y picotean su secreto
o atacan la corteza del gigante
o abren el corazón de la madera
o construyen con paja, greda y lluvia
la casa del amor y del aroma
o jardineros suaves
o ladrones
o inventores azules de la música
o tácitos testigos de la aurora.

Yo, poeta
popular, provinciano, pajarero,
fui por el mundo buscando la vida:
pájaro a pájaro conocí la tierra;
reconocí dónde volaba el fuego:
la precipitación de la energía
y mi desinterés quedo premiado
porque aunque nadie me pagó por eso
recibí aquellas alas en el alma
y la inmovilidad no me detuvo.



 

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SEÑOR BURRITO de Celso Roman

                                                                                                                         Señor burrito
                                                                                                                 se puso las gafas
                         se sentó                
en la butaca  
y abrió 
su periódico. 

"Qué idioma
   tan raro"
Se dijo

extrañado,
tan sabio...
y no puedo
entender!"

Y lo que pasaba,
era que tenía
el papel
¡al revés!


Celso Román
Del Pais de Versos,
Bogotá: tres culturas editores,
1990 





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SARTA DEL RIO CAUCA / Jaime Jaramillo Escobar





Bajábamos –mi caballo y yo– dos veces al año hacia el río Cauca.
De las altas montañas bajábamos, y al amanecer divisábamos el río entre piedras negras y palmeras, y era una gran alegría ver este río.
Viajábamos de noche con la luna de agosto y con las lluvias de enero en enero,
Pero mi caballo se sabía el camino de memoria, o lo inventaba,
Él que veía –porque yo no veía nada–.
Yo tenía trece años, mi caballo tenía cinco; éramos muy jóvenes para andar solos por ahí.
Qué amigazo era mi caballo, más inteligente y más instruido que yo,
Y sin embargo era yo el que llevaba las riendas del freno,
Sólo por ser el hijo del dueño del caballo, como siempre sucede.
Pero yo le ofrecía pedazos de panela en mi mano, mirándolo de frente,
Y nunca cometí la torpeza de vaciarle una botella de cerveza en la testa coronada por sus dos nerviosas orejas.


Yo lo llamaba por su nombre y apellido y él venía a mí con un suave trote amoroso,
Subiendo desde el fondo de la cañada donde la bruma no se levantaba aún, dormida sobre los pastizales de yaraguá, grises y constelados de rocío a las seis de la mañana.
Durante el viaje, yo le recitaba a mi caballo todos los poemas de Porfirio Barba-Jacob, los cuales se esparcían por las desiertas montañas.



No recuerdo ningún comentario de mi caballo acerca de los poemas, pero si yo dejaba de recitar, él se detenía.
Por supuesto que antes de salir yo había bañado mi caballo,
Lo había tenido conmigo en el patio de atrás de la casa, dándole de comer dulce caña picada, aguamiel con salvado, bananos partidos,
Y lo había peinado, acariciado, dádole palmadas en las ancas,
Con cepillos de raíz le había alisado el pelo y con un peine de cacho le había peinado cuidadosamente la crin y la cola,
Y había revisado los aperos: la alfombra roja para el lomo, el freno limpio, la cincha suave pero firme, la montura adornada con grabados y bollones, los estribos de cobre labrado, los zamarros de piel, mi sombrero de fieltro. Mientras no me calara aquel sombrero, el caballo no entendía que pudiésemos partir.
Mi padre miraba todo muy despacio y muy serio,
Y si no había ninguna falla aprobaba con la cabeza.
Yo sé que ese caballo dejó de existir hace mucho tiempo, y que yo le sobrevivo injustamente.
Era un caballo de larga crin, llamado don Palomo Jaramillo.
El río Cauca no sabía nada de eso porque venía de muy lejos, de las tierras llanas,
Tan sereno, tan colmado de grandes peces –entonces–.
El río que había pasado por sus orillas donde negros bebían en quioscos de palmiche,
Vivían en chozas, trabajaban, no trabajaban, peleaban entre sí con larguísimas peinillas de acero inoxidable, marca Corneta,
Negros que habían vertido su sangre en el río, su sudor, sus lágrimas,
Que celebraban el sábado en los puertos, cada puerto con su estación del ferrocarril y esas botellas verdes de Pilsen para la sed, para las ganas de beber, para el coraje de pelear.
A la altura de Anzá las turbias aguas del río se cruzaban en canoa, llevando de la brida a mi caballo para que no se ahogara.
Nadaba pesadamente el caballo, pero tenía mucha resistencia a las aguas impetuosas.
Mi caballo me vio tomar aguardiente; no dijo nada.



Me llevó borracho a casa, me acarició con el belfo, con el lado de su cabeza.
Se paraba muy firme, me miraba fijo, me decía –¡Vamos!
Al galope corría con sus crines al viento para darme alegría,
O me llevaba con toda seguridad por los malos caminos, en aquellos inviernos.
Desde que no tengo caballo y me veo obligado a rodar en auto, vivo completamente extraviado dentro de mi auto.



Los paisajes a cien kilómetros por hora no tienen pies ni cabeza, y no pueden decir nada porque se marean,
Pero mi caballo sí que sabía de paisajes; era un caballo paisajista,
Un caballo de un solo caballo, pero más majestuoso que el Rolls Royce de la Reina.
El río más bello del mundo es el primer río, donde nos bañamos desnudos,
Y los demás son los otros ríos, así como las otras mujeres, y los otros amigos.
Si el río Magdalena no me dijo nada cuando yo estaba muchacho, ya para qué me habla; que no me hable.
Yo tuve una larga conversación con el río Cauca y me lo dijo todo,
Todo lo mismo que hubiera podido decirme el río Magdalena,
Pero el río Cauca me puso la mano en el hombro y me habló al oído,
Y el río Magdalena no me gusta porque habla a gritos.
Yo fui con mis amigos al río Cauca y lo atravesamos a nado, en Anzá, en Cangrejo, Tulio Ospina, La Pintada, Cali,
Pero yo no he atravesado a nado ningún río Magdalena.




El río Magdalena me quiere ahogar, quiere hacer olas y taparme, si me pone un brazo encima me aplasta. Temo mucho del río Magdalena.
Por las orillas del río Cauca me paseaba como un rey en su baraja.
En el puente de Bolombolo me atuve a conversar con gentes que pasaban, con un amigo, con la noche solitaria.
El puente de Bolombolo desaparecerá bajo las aguas de una presa,
Y con él todas las casas y las grandes bodegas de techo de Zinc.
Sólo el nombre de Bolombolo perdurará en los poemas de León de Greiff,
Quien tuvo el privilegio de ver nacer el puerto, cuando se construía el ferrocarril.
El olor de la hulla desapareció con los trenes, sólo quedan las putas,
Que desaparecerán bajo las aguas de la presa, con los billares patas arriba, los restaurantes de caliente sopa, y mi revólver de inspector de policía.




Por el puente de Bolombolo perseguí a un bandido una noche, el bandido se arrojó al río, hice un disparo al aire para poder ir a tomar cerveza con el teniente y conversar del asunto.

 
Agua del río Cauca,
En lindos vasos de cristal te bebo ahora, un poco amarillenta, seguramente no muy bien purificada.
Si mi caballo te bebiera se moriría de repente.

© 2011 | JaimeJaramilloEscobar.com